Mermaids

  • Director: Richard Benjamin
  • País: Estados Unidos
  • Año: 1990
  • Género: Comedia, drama

Entrada dedicada a Juan Gómez Pintado del blog «Sorpresa y Suspense» en cumplimiento del deber.

Conocida también como «Mi madre es un sirena» narra la historia de Rachel Flax (interpreta por la única y fantabulosa CHER) y sus dos hijas: Charlotte (la actriz de los 90 por excelencia Winona Ryder) y Kate (mi querida Christina Ricci). Ambientada a fines de los 60 esta familia lleva una vida bastante peculiar debido a las constantes mudanzas de Rachel cada vez que tiene una ruptura amorosa (ya sea que ella ponga fin a la relación o viceversa) cuando transcurren los hechos se acaban de mudar a un pequeño pueblo en el que esta madre carismática y fuera de serie no tardará en llamar la atención y convertirse en el centro de los chismes. Sus hijas por otra parte se van adaptando al nuevo lugar. Charlotte es una joven que choca mucho con su madre y muestra una inclinación fuerte hacia el catolicismo, su religiosidad la lleva hasta puntos mmm hilarantes por decirlo de alguna manera (se pone en situaciones vergonzosas ella misma) su hermana Kate ama la natación y todo lo que tenga que ver con el mar. También surgen intereses amorosos para madre e hija Lou (Bob Hoskins) un afable vendedor de zapatos y Joe un joven que capta la atención de la joven que ve peligrar su vida en el convento.

Es una película tierna y bonita con la cual se pasa un buen rato. Las actuaciones son potentes y equilibradas, las tres actrices se nutren una a la otra y muestran mucha profesionalidad conformando una tríada perfecta para la historia: una madre ferozmente independiente y magnética, una adolescente que busca su identidad, una niña dulce y divertida.

La banda sonora es acorde y tiene dos canciones DESTACABLES (en mayúsculas como deber ser) una interpretada por CHER (obviamente) y la otra interpretada por Jimmy Soul que recomiendo escucharlas al menos una vez:

La comedia y el drama están bien plasmados, en su sencillez radica su encanto y tras su visionado te deja una sensación de alegría. Vale la pena darle una oportunidad.

La primera vez que me puse detrás del volante de ese auto pensé «Esto es el cielo». Un auto es libertad. Si odias un lugar, te subes en el y ¡puff!, te vas.