Entrevista con el vampiro (Anne Rice)

La gente que deja de creer en Dios, o en la bondad, sigue creyendo en el demonio. No sé por qué. No; sé muy bien por qué. El mal siempre es posible.

Vi la película muchos años atrás y me gustó, sin embargo, no había leído la novela que la inspiró. Yo fui del grupo que se leyó «Crepúsculo» los vampiros con brillitos. Bueno, ahora puedo decir que también leí al otro grupo: los vampiros dramáticos.

La historia inicia con un joven periodista nervioso y obnubilado a partes iguales por un hombre que dice ser un vampiro, el cual accede a ser entrevistado y contarle su historia. Así damos un salto desde el presente (los años 80 en la novela) para irnos a la Nueva Orleans de 1700, donde un joven Louis de Pointe du Lac ve morir a su hermano, lo que le provoca un profundo pesar y remordimiento. Tanto así que vagando una noche por las calles es mordido por un misterioso vampiro y transformado a los pocos días en un «condenado». Este vampiro no es otro que Lestat, un personaje de moral ambigua que se presenta como alguien voluble, impaciente, vanidoso, manipulador y egoísta. Ambos son como el día y la noche; sin embargo, conviven juntos por un largo tiempo hasta la llegada de Claudia, una niña que es vampirizada por Lestat en un intento por retener a Louis con él. Esta niña/mujer (porque los vampiros no cambian de apariencia, pero sí maduran mentalmente) marcará un antes y un después en la vida de ambos, rompiendo la relación de dependencia en la que están inmersos.

La narración en primera persona está a cargo de Louis, quien es introvertido, por tanto, está centrado en sus pensamientos y emociones, lo que afecta al ritmo de la novela que es pausado y contemplativo. Dividida en tres partes, la primera cuenta el origen de su vampirismo y sensaciones, la segunda la búsqueda del origen de los vampiros y la tercera desencadena en eventos dramáticos que lo marcarán profundamente.

La autora presenta escenas homoeróticas desde el inicio, toda una estrategia para fidelizar y atraer al público que gusta de shippear personajes (y vaya que se encuentra material de sobra al respecto) Por otro lado, hay algunas similitudes con Carmilla en lo que respecta a las descripciones sensoriales y físicas de la transformación y el beber sangre. En ese aspecto, la autora hace un gran trabajo teniendo en cuenta a los clásicos de los que bebe y aportando su toque personal. Aquí los vampiros tienen voz propia, dudas, rencillas, amores. Pasan por muchas emociones, lo que los vuelve más complejos e interesantes. Por ejemplo, no se oculta la codependencia de Louis hacia Lestat (Bella Swan estaría orgullosa) al inicio a pesar de que desaprueba sus actos y es interesante contrastarlo con el final cuando Louis se ha vuelto más independiente (y más emo) También destaco que parece ser un personaje consciente de sus defectos y fallos, incluso los admite (eso es más de lo que hizo Bella en toda la saga. Punto para Louis)

Entre los personajes presentados mi favorita es sin dudas Claudia: es resolutiva, decidida, y pragmática. No se deja amedrentar por Lestat y sus actitudes demandantes y a la vez es muy comprensiva y empática con Louis (se merece un premio a la paciencia) El resto está muy bien caracterizado, claro que al ser contado desde un único punto de vista se resaltan cualidades o defectos y viceversa. Lestat sin dudas tiene su carisma, aunque es brutal y disfruta haciendo daño (se comió unos gatitos, eso es imperdonable) y esto lo convierte en un personaje a tener en cuenta y examinar con cuidado. Sin dudas un perfecto antagonista, el verdadero espíritu vampiro. No me molestan los personajes así siempre que no intenten justificarlos o redimirlos. Por suerte en esta primera entrega no se hace y él abraza su lado salvaje sin culpa.

Hay varias reflexiones filosóficas sobre la moral, la estética, la identidad que son los pilares de la narración y hacen parte de la identidad del narrador. Las mismas están muy bien llevadas y dan contexto sobre los pensamientos de la época. Anne Rice puso mucho cuidado en retratar de forma fiel la época histórica y se puede observar su amor por Nueva Orleans y Francia.

—Yo pensaba que las decisiones estéticas podían ser absolutamente inmorales.
(…)

—El conflicto estalla entre la moral del artista y la moral de la sociedad, no entre la estética y la moral.

Entrevista con el vampiro sin dudas es una novela que gustará a todos los aficionados al género. Por mi parte disfruté de su lectura, pero eso sí es tan emocional que sentí que me robaron mi energía vital, por tanto, doy fe que tiene efectos vampíricos reales. Recomiendo su lectura si se está dispuesto a adentrarse a un mundo que honra al romanticismo con la exaltación de las emociones y la estética, pero armados de una ristra de ajo para no agotarse en el proceso.

Ese conocimiento fue nuestro derecho de nacimiento y él nos privó de él. Se ganó la muerte.