21 de marzo
Ordenando mis papeles encontré la primer nota que nos dejó antes de marcharse, a mí me gusta pensar que fue su primera carta…la primera de muchas, la que inició su carrera como escritora, como nos gusta decir a la abuela y a mí. Asique fui hasta la cocina, me senté a la mesa e interrumpí a mi abuela a la mitad de la resolución de un crucigrama.
«Tomé la tiza y dibujé mi propio sol porque me aburrí de los días grises de mi alma. Hice la maleta y me fui para desafiar al miedo y demostrarle que podía hacerlo sola. Me llevé la foto donde aparecen las dos para que me acompañen a todos los lugares a los que iré. Ceibo, quiero que sepas que no hay un para siempre, existe un hasta pronto».
Cuando finalicé la abuela tenía una sonrisa de orgullo en el rostro y los ojos un poco húmedos, entonces me dijo:
-Vamos a escribirle.