Cruzó un arroyuelo que se hablaba así mismo en la tiniebla con aquel extraño murmullo tan parecido a un lenguaje, y pocas zancadas más adelante se detuvo súbitamente al sentir temblar el suelo ante el atronador avance de unos cascos de animal que se aproximaban. Se quedó en silencio, escrutando ansiosamente la oscuridad.
Los seis relatos que componen el libro están protagonizados por Jirel de Joiry en la Francia medieval donde la hechicería y las batallas son el pan de cada día. La protagonista es bastante tridimensional, alejándose de los estereotipos de la época. Jirel es inteligente, orgullosa, vengativa pero también es capaz de sentir miedo, tristeza y remordimiento dejando ver su vulnerabilidad en ocasiones puntuales, lo que la lleva a realizar reflexiones que la espolean a sacar lo mejor de sí.

Por otra parte la construcción de mundos y la ambientación están muy bien logradas, la narración es rica en detalles y hechos sin ser soporífera, dejando claro que Moore poseía una vívida imaginación que sabía explotar al máximo, plasmando los elementos suficientes para imaginar los escenarios y sentir que estás allí junto a la Dama de Joiry acompañándola en sus peripecias, que no son pocas.
Así en cada uno de los relatos la veremos: sumergirse en mundos de pesadilla bajo las mazmorras de su castillo en «El beso del Dios Negro» y su continuación «La sombra del Dios Negro», atravesar ventanas mágicas que llevan a otras regiones y enfrentarse a una poderosa hechicera en «Jirel se topa con la magia», ser secuestrada por un ente de las tinieblas que la quiere como esposa para gobernar Romne en «La Tierra Tenebrosa», aventurarse a buscar un tesoro custodiado por un fantasma muerto hace 200 años en «La infernal guarda» y luchar con un brujo por un amuleto mágico en «En busca de la Piedra de la Estrella» personalmente éste último me parece el relato más flojo. Jirel se desdibuja y toda la atención recae en Northwest Smith (otro personaje de la autora que puebla sus relatos de ciencia ficción y aquí realiza un crossover) rezuma testosterona por todos lados, incluso en los diálogos, sumamente despectivos y estereotipados, y todo lo que se construyó en las anteriores historias se desploma, es más el final ni siquiera termina con la heroína como venía siendo costumbre sino con el aventurero espacial (¡!)
Por otra parte a lo largo de cada relato (excepto el último) se hará énfasis en la roja cabellera, ojos dorados y belleza del personaje. Y muchas veces incluso en el mismo relato. Pero la autora no era ninguna ingenua, sabía muy bien quiénes eran los lectores de la revista donde se publicaba la historia (la afamada Weird Tales) Mucho me temo que el público femenino de la época no era consumidor de dichas publicaciones y si para vender tenía que plegarse a resaltar cada que tenía oportunidad los atributos físicos de la protagonista pues se le perdona.
Por lo tanto exceptuando estos detalles mencionados es un libro muy ameno de leer con muchas dosis de aventura, acción y suspenso. Dato no menor es que Jirel fue el primer personaje femenino en encabezar una saga fantástica de hechicería y bastante bien logrado. Ahora me queda la duda existencial ¿por qué todas las protagonistas guerreras/ patea traseros son pelirrojas? Si alguien lo sabe o tiene una teoría al respecto le agradecería que lo deje en comentarios.

A pesar de su temeridad, casi hubiera deseado encontrarse en las tan traídas y llevadas ardientes estancias del Infierno, porque aquella tierra amable e iluminada por las estrellas la desconcertaba y le hacía estar más al acecho. Las cosas que habían construido el túnel no podían ser humanas.