¡Oh tú, con bucles húmedos de rocío, que miras
A través de las claras ventanas de la mañana, vuelve
Tus ojos angélicos hacia nuestra isla occidental,
Que está llena de coros saludando tu arribo, oh Primavera! (A la Primavera-William Blake)
¡Feliz primavera y feliz otoño para los del otro lado del charco!, asique para celebrar una de mis estaciones favoritas (a pesar de la alergia) esta entrada de abreviados va para dos lecturas que transmiten ese optimismo y alegría primaveral, donde la amistad ocupa un lugar fundamental. Subo el telón y doy paso a la función:
ÉRAMOS UNOS NIÑOS (Patti Smith)
«Teníamos nuestro trabajo y nos teníamos el uno al otro. Carecíamos de dinero para ir a conciertos o al cine o para comprar discos nuevos, pero poníamos lo que teníamos hasta la saciedad»
La poetisa del punk escribe sus memorias en los caóticos años 60/70. Su amistad entrañable con Robert Mapplethorpe, sus sueños de convertirse en poeta, sus recuerdos de infancia, sus dificultades, los músicos que conoció, sus primeros pasos en el escenario.
Patti no cae en la auto-compasión ni la nostalgia. Sino que con alegría, inocencia, toques de humor y una sutil melancolía va desmadejando sus recuerdos de manera sensible y evocadora.
Ve belleza donde otros no la verían, no juzga; y percibe la verdadera naturaleza de las cosas y las personas. Invitando al lector a ser parte de ese momento, establece una complicidad. Como si lo que contara fuera para un querido y viejo amigo.
Una lectura amena que deja con una sensación de optimismo y esperanza, perfecta para quienes disfrutan de las biografías y el arte en general. Y si la fotografía y la poesía son una de ellas pues están de suerte.
«Cuando cumplí 21 años, Robert me hizo una pandereta (…) se arrodilló y me entregó un librito sobre tarot que había reencuadernado en seda negra. Dentro, me dedicaba unos versos que nos representaban como a la gitana y el loco, donde uno creaba silencio y el otro escuchaba el silencio con atención. En la ruidosa vorágine de nuestras vidas, aquellos papeles se invertirían muchas veces»
CANCIONES DE AMOR A QUEMARROPA (Nickolas Butler)
«Deja la puerta de casa abierta en la gran ciudad, y te despertarás sin muebles ni ropa. Deja la puerta abierta aquí, y aparecerá un coyote esperando a que le des algo de comer. Esta es mi casa. Este es el lugar en el que primero creyeron en mí. En el que todavía creen en mí. Este es el lugar que dio a luz las canciones de ese primer disco»
Creo que es el libro perfecto para tratar de explicar la vida en los pueblos rurales, esos lugares donde no pasa NADA pero a su vez está pasando TODO.
Nickolas Bulter sabe bien de lo que habla, y comparte sus vivencias y sensaciones de vivir en un medio rural de la mano de cinco personajes: Henry, Lee, Kip, Ronny y Beth. Que comparten una amistad de años y una infancia común en Little Wing. La vida los llevará por distintos caminos, hasta que un suceso los vuelve a reunir y salen a la luz algunos asuntos del pasado.
Una novela con personajes cercanos y realistas, de música, amistad, naturaleza y de esos pequeños momentos que son los más importantes.