Todos estos elementos que conforman el título (que me ha quedado bastante largo, por cierto) figuran en los films que he visto, no en ese orden pero ahí están siendo parte de 5 películas introspectivas (sí, incluso en la que hay yakuzas) que presento a continuación. Cámaras, luces ¡acción!:
After Life
- Director: Hirokazu Koreeda
- Año: 1998
- País: Japón
- Género: Drama, fantasía, sobrenatural
-Ya elegí un recuerdo…de cuando tenía ocho o diez años. Entonces, ¿sólo recordaré cómo me sentí entonces?
-Correcto.
-¿Podré olvidar todo lo demás?
-Sí.
-¿De verdad? ¿Se puede olvidar? Bien, entonces aquello es realmente el cielo.
La gente muere y va a un edificio antiguo por una semana, mientras permanecen ahí deben elegir un recuerdo, el que sea más significativo o precioso. Hay un límite de tiempo, tienen tres días para decidir. Cuando hayan elegido ese recuerdo especial, el personal del edificio lo recreará en una película, la cual se proyectará el sábado. Tan pronto como revivan el recuerdo, seguirán adelante llevando consigo sólo ese recuerdo.
Esta es la premisa del film, el cual se divide en los 7 días de la semana. Al inicio se llevan a cabo las entrevistas con las personas, luego siguen las narraciones de los recuerdos escogidos para luego pasar a la recreación de los mismos donde se ve al equipo creativo discutiendo ideas y preparando el set de filmación. Todo esto con una introspección y una nostalgia evocadora.
Acompañada de tonos apagados, uso de luz natural suave y un ritmo pausado y reflexivo vamos siguiendo la historia no sólo de las personas que eligen sus recuerdos sino de los supervisores que habitan en el edificio y los acompañan en la elección.
Poco a poco se van desvelando sus historias a través de comentarios, interacciones y sus objetos personales. Muestra, en mi opinión, con mucha claridad los entresijos y contradicciones del ser humano, lidiar con la gente no es fácil. Además deja pensando un buen rato y plantea algunas preguntas : ¿qué recuerdo te llevarías al más allá? ¿Qué tan fiel y exacta es la memoria? ¿Qué pasa si no puedes o no quieres escoger un recuerdo? Para averiguarlo resta ver la película.
En su momento busqué desesperadamente dentro de mí cualquier recuerdo de felicidad. Ahora, cincuenta años después he aprendido que yo era parte de la felicidad de alguien. Qué descubrimiento más maravilloso.
Maborosi
- Director: Hirokazu Koreeda
- Año: 1995
- País: Japón
- Género: Drama
-¿De quién es el barco?
-No es de nadie.
-Entonces lo quiero.
-¿Pero dónde lo guardarás?
-En el armario.
De todas las de la lista esta es, por lejos, la película que exige estar en un estado mental y emocional adecuados, pues sino puede resultar soporífera, ya que se detiene en cada escena y es muy contemplativa, rezuma melancolía. Y de eso trata la historia.
Una mujer (Makiko Esumi) pierde repentinamente a su esposo (Tadanobu Asano) , quien aparentemente se suicidó, quedando sola con su bebé de tres meses. Luego de unos años vuelve a casarse y se muda a la ciudad costera donde reside su nuevo esposo con su hija.
Es un film que explora y representa muy bien el duelo, la tristeza, la pérdida. Los sonidos cotidianos y pequeños momentos de la vida cotidiana introducen en la historia llegando un punto en que parece que más que ver una película estuvieras espiando un poquito a cada personaje en sus quehaceres cotidianos.
Los diálogos son concisos, enfocándose más en cada gesto y movimiento. Las actuaciones son muy espontáneas, destacándose la de los niños. Con una banda sonora acorde. Y una fotografía estupenda.
Poppoya/El ferroviario
- Director: Yasuo Furuhata
- Año: 1999
- País: Japón
- Género: Drama
-Abuela ¿va todo bien?
-Ya te lo dije. No podemos quedarnos aquí sin hacer nada. Esta ciudad se está muriendo, pero nosotros no.
Profunda, intimista con una carga emocional contenida y ese estoicismo férreo propio de los japoneses.
Ken Takakura lo hace de nuevo, brinda otra actuación estupenda. En esta ocasión interpreta a Otomatsu Sato, un ferroviario de Horomai disciplinado y entregado devotamente a su trabajo en una pequeña ciudad nevada que está condenada a desaparecer. Sus habitantes se marchan, sólo quedan ancianos y además van a cerrar la línea ferroviaria donde trabaja porque ¡palabra mágica! no es rentable.
Esta película en lo personal tocó mi fibra sensible, me ha sido imposible no sentirme identificada con la historia. A pocos kilómetros de mi pueblo, por calle de tierra como no, se encuentra una localidad que quedó deshabitada, murió, como muchos pueblos de mi país, cuando dejó de pasar el tren. Puedo ver las líneas del ferrocarril cuando salgo a dar mis caminatas y los durmientes que cruzan por encima del arroyo. Siento cierta melancolía de imaginar ese tren que nunca veré, me quedan los relatos de mis padres que viajaron por estas vías. Volviendo al film, nos muestra la resignación, el paso del tiempo y la determinación de Otomatsu de cumplir con su trabajo hasta el final.
El pasado y el presente se entremezclan para contar la historia del solitario ferroviario a quien le espera un encuentro con una persona muy querida.
Creía en los dichos de mi padre y los he llevado a la práctica. Decía que las máquinas de vapor reconstruirían el país tras la guerra. Que trabajase con ellas. Y así lo he hecho. Me convertí en maquinista. Ahora voy a acabar mi carrera como ferroviario. Lo he hecho lo mejor que he podido. Y no me arrepiento de nada.
Kids Returns
- Director: Takeshi Kitano
- Año: 1996
- País: Japón
- Género: Drama, crimen
-Dinamita Kid, ése será tu nombre ahora.
-¿Eh?
-Yo encontraré otra cosa.
Este film es muy especial para mí, fue el primero que vi de Kitano y por el cual me volví seguidora del director, he visto casi toda su filmografía. Cada una de sus películas tiene su encanto pero, como suele suceder, tengo mi grupo de favoritas en donde se encuentra por supuesto ésta.
Aquí se siguen las andanzas de Shinji (Masanobu Ando) y Masaru «Machan» (Ken Kaneko) dos adolescentes problemáticos a los que une la amistad y el gusto por fastidiar a los antipáticos de los profesores (porque lo son) de su escuela.
Estos dos «tontos sin futuro» como los describe el profesorado descubren de casualidad sus intereses, Shinji en el boxeo y Masaru en la yakuza. A raíz de esto sus caminos se separan, y ahora cada cual por su lado ascenderá en su actividad. Pero el destino es caprichoso y adverso, y nuestros protagonistas sufrirán un revés.
Además de seguir a este par también se explora las historias de otros compañeros de su clase, como el dúo cómico, los matones que se meten al boxeo por curiosidad y un joven al que fastidian en la escuela.
El ritmo es dinámico aunque se detiene en algunos detalles. Un relato con humor seco, cierto halo de amargura y esperanza. Es muy realista, no va de héroes que superan los obstáculos para llegar a su meta, va de personas. Kitano no edulcora ni glorifica nada. Cada decisión tomada hace que los personajes crezcan para bien y para mal. Con sus aciertos y sus fallos siguen avanzando, los aceptas como son y se les toma simpatía.
El punto aquí es la amistad, a pesar del distanciamiento sigue ahí, de buscar tu propio camino, perder y volver a empezar. Acompaña una estupenda banda sonora a cargo del magnífico Joe Hisashi.
Sobre la película Kitano manifestó lo siguiente: «No quería hablar de cosas complicadas. Sólo quería divertirme» pues sí, pero de igual forma siempre hay un punto de reflexión en sus films y éste no es la excepción.
-Machan, ¿crees que todo ha acabado para nosotros?
-Idiota. No hemos ni empezado.
A Scene at the Sea
- Director: Takeshi Kitano
- Año: 1991
- País: Japón
- Género: Romance, drama.
La historia presenta a Shigeru (Claude Maki) un recolector de residuos sordo que encuentra en una de sus recolecciones una tabla de surf, la repara y comienza a introducirse en el mundo de este deporte acompañado de su novia.
Es una historia muy cotidiana, simple, que reboza ternura e inocencia. Con dos personajes a quienes se les toma simpatía a los pocos minutos. Se siente muy real, los diálogos, los gestos, cada momento es muy puntual y creíble, tanto que podría ser perfectamente la historia de cualquier aficionado al surf.
El sonido es excelente y el punto clave de la película. Te sumerge completamente en la historia: el ruido del mar, el viento, las risas, los pasos al caminar, los vehículos. Es toda una experiencia auditiva. Se puede cerrar los ojos y realmente crees estar, valga la redundancia, frente al mar. Sin mencionar que Joe Hisashi vuelve a entregar otro excelente soundtrack (este señor siempre produce maravillas) pueden escuchar uno de los temas aquí, el que escogí tiene influencias de Erik Satie (otro gran compositor): Cliffside Waltz I – Joe Hisaishi (A Scene at the Sea Soundtrack)
Un manejo del drama comedido, que deja con una triste sonrisa porque tiene su toque amargo, pero no por esto deja ser un precioso y delicado relato. Por algo Kitano sensei es uno de mis directores favoritos, demuestra que puede manejar cualquier registro y entregar trabajos muy logrados.
Por cierto, me gusta ver películas sobre surf, no soy una experta ni nada, pero donde haya gente «cabalgando las olas» yo la veré y, a mi parecer, es hasta la fecha la que mejor lo expone. Sentí que estaba ante una verdadera competencia, con los jueces y demás, lejos de efectos grandilocuentes. Por lo que me atrevo a afirmar que los fans de este deporte la disfrutarán.
Y aquí concluye mi selección de películas, espero alguna despierte su curiosidad y decidan darle una oportunidad. Nos leemos más pronto que tarde, cambio y fuera.