Mujeres (Eduardo Galeano)

Leer a Galeano es sumergirse en escritos breves pero intensos. El autor uruguayo nunca se anda con rodeos a la hora de escribir, y con poco transmite mucho. Ya lo dijo Shakespeare «Lo bueno y breve, dos veces bueno».

En esta antología presenta mujeres de distintas épocas y continentes. Mujeres famosas, mujeres anónimas, bíblicas, de mitos y leyendas. Llenas de fortaleza, determinación, rebeldía, sueños y tristezas.IMG_8144.JPG

Así quien se anime a sumergirse en las páginas de este libro, se encontrará con historias conocidas, olvidadas o borradas. Prohibiciones ridículas, estigmas y prejuicios que el género femenino tuvo que soportar (y sigue soportando, todo sea dicho)

En algunos momentos no pude evitar llevarme las manos a la cabeza y no me quedó otra que reírme para no llorar, como en «Alarma: ¡Bicicletas!« donde algunos médicos advertían que la bicicleta podía provocar abortos y esterilidad. Como afirmaba Philippe Tsié, mientras que otros colegas suyos aseguraban que » (…)este indecente instrumento inducía a la depravación, porque daba placer a las mujeres que frotaban sus partes íntimas contra el asiento» (…sin comentarios)

Sutilmente irónicos algunos relatos, poderosamente reivindicativos otros. Lo que es claro es que no dejará indiferente a nadie. Y a las pruebas me remito:

Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?
Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa.

Puntos de vista (6) (página 205)

No sólo los hombres perdieron la cabeza por ella. También hubo mujeres, que la guillotina mató y olvidó, porque no eran importantes como la reina María Antonieta (…) en Múnich la guillotina cortaba la cabeza de una estudiante, Sophie Scholl, por distribuir panfletos contra la guerra y contra Hitler:
-Qué pena-dijo Sophie-. Un día tan lindo, con este sol, y yo me tengo que ir.

La guillotina (página 163)

Para reflexionar, y aprender, para correr el velo y ver más allá de todo lo que cuenta la «historia oficial» combinado con algunos propios del autor. Un libro que al abrirse puede empezar a leerse por la mitad, o desde el final. Relatos que, como sus protagonistas, corren libres por las páginas, esperando a ser descubiertos.