Eternidad

Avanza a paso lento pero seguro, siente bajo sus pies la vida palpitante de la tierra.

Respira el aire frío de la mañana, el viento revuelve sus cabellos blancos.

Frágil y silenciosa, la anciana mantiene la vista al frente.

En su ojo izquierdo anida un ave que asoma su cabeza y vuelve a ocultarse en su nido.

Al llegar a su destino el pájaro sale de la cuenca y canta una canción, ella esboza una sonrisa.

Los niños que juegan en el camino polvoriento se le acercan y preguntan ¿quién eres?

Ella responde: la que trae el sueño eterno.