- Directores: Alberto Vázquez, Pedro Rivero
- Año: 2015
- País: España
- Género: Animación, fantástico, drama, surrealista.
Si los hubieras visto yacer, si los hubieras visto yacer a todos…muertos. Pero claro, tú no te acuerdas.
Continuando con la temática del mes de octubre en esta ocasión un film de animación lleva al espectador por una montaña rusa de sensaciones y emociones. La cantidad de temas que expone, el simbolismo, las comparaciones con la vida real son muchas y variadas. Se está frente a un trabajo muy cuidado, meditado y al que se le puso cariño a pesar de su tono oscuro y desolador. Porque sí, esta es una tragedia. No hay que dejarse engañar por su aspecto infantil, esto es animación para adultos. Pero vamos a arrojar un poco de luz…
En una isla habitada por animales antropomórficos y que en el pasado fue devastada por un accidente nuclear se cuentan diferentes historias de sus pobladores, el peso de la narración sin embargo se lo llevan Birdboy un joven adicto al que el pueblo teme y odia a partes iguales, la policía se la tiene jurada ya que creen que continúa el legado de su padre, que era farero pero luego cambio de ocupación drásticamente y la misma «supuestamente» era: traficar drogas y corromper a la juventud. No tienen pruebas pero tampoco dudas y la persecución se verá a lo largo de todo el film.

Por otro lado tenemos a Dinki que harta de su familia conservadora, religiosa y opresiva decide irse de la isla para siempre y probar suerte en la gran ciudad con sus dos amigos: Sandra y Zorrito. En el medio de todo esto están los niños olvidados, los hijos de la basura una especie de sociedad al estilo del Señor de las moscas.
No todo lo que tiene un cuerpo está vivo.

Traumas, pobreza, violencia institucional e intrafamiliar, desigualdad social, relaciones tóxicas, sociedad autoritaria, discriminación, adicciones, contaminación ambiental…son los diversos temas que se van presentando. Ramalazos de realidad pura, dura y cruel. Sin embargo a pesar de todo, en la trágica figura de Birdboy, un alma rota, desesperada e incomprendida se atisba la esperanza, la compasión, la luz, una llama frágil entre tanta desolación.

Es una historia con un ritmo ágil, una animación estupenda, un trabajo de los actores de voz impecable. No puedes apartar la vista de lo que te están mostrando y al terminar te tomas unos minutos para reflexionar en todo lo que has visto y oído, para procesar el mensaje. Definitivamente es una obra inolvidable que le gana con creces al «terror» más convencional porque se alimenta de la cotidianeidad. Un cruel cuento de hadas moderno.
Quieres cuidar de todos pero ¿quién va a cuidar de ti?
