Se escucha el aullido del viento gélido que mece la hierba. En el medio del prado…ella.
Entre sus dedos aferra un ave hecha de sueños, proyectos, promesas e ilusiones que no se materializaron.
El ave aletea violentamente, tratando de liberarse, dando picotazos.
Los dedos de la mujer sangran entre nuevas y viejas cicatrices.
Ella lo sabe y hasta ahora se negaba a admitirlo… cierra los ojos y con un profundo suspiro afloja la presión de los dedos.
El ave sale disparada hacia el cielo.
Ella la observa irse, contempla su mano maltrecha.
Saca unas vendas de su bolsillo.
Posa sus ojos en el horizonte donde despunta el sol.
Comienza a caminar.
¡Hola! «Se escucha el aullido del viento gélido que mece la hierba.» Ya quisiera yo que eso pasara ahora con el calor que hace XD
Me gusta la imagen mental del ave que pelea por su libertad y hace sangrar a la mujer, da para varias interpretaciones. ¡Saludos!
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Hola Noctua, siii yo también quisiera que refrescara pero me queda recurrir a la imaginación.
Gracias, la imagen del ave se me vino en un viaje en colectivo XD
Interpreta como te plazca, no hay límites ni barreras 🙂
Saludos de vuelta.
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Parece la crónica de un duro aprendizaje. Me gusta el final optimista. Qué bueno. Saludos 🙂
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Sí, a mí también me llegó un significado parecido. Los sueños rotos sangran, hay que dejarlos ir, sanar y volver a caminar. Hermosa interpretación visual.
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Muchas gracias 🙂 como le dije a Noctua, no hay límites en la interpretación personal que cada quien quiera darle. Saludos 🙂
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Gracias Juan 🙂
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